Y tú ¿en qué te especializas?
Estoy terminando de hacer la cuenta del número de aseveraciones que he leído en lo que va del año, y que basan su verdad en “los estudios especializados”. Sí, al ver que estos estudios son cada vez referencia más frecuente, me di a la tarea de poner una rayita vertical en la pared por cada argumento así justificado. Cada cuatro verticales cruzadas por una diagonal, en símbolo de protesta por tenernos presos en la ignorancia que ocasiona tanto conocimiento especializado.
Resulta que estos estudios tienen variados matices, que se acomodan a las necesidades de los diferentes grupos de poder; también a las de personas sin argumentos ni escrúpulos. Pero no todos se utilizan de una manera ventajosa u oportunista, afortunadamente todavía hay especialistas en estudios especializados, que guardan la honra de su gremio.
Resulta relevante que “el especialista” se contrapone al “hombre universal” renacentista, hoy tan admirado. Si busco trabajo en una empresa para hacer su diseño gráfico y publicidad, a la vez de diseñar y construir su edificio, su mobiliario, y su sistema informático, inmediatamente se pondrá en duda mi capacidad real y mi honestidad. Mejor contratar especialistas que todólogos.
No digo que esté mal ser un especialista, sólo he notado que ellos saben tanto de una sola cosa, que saben poco o casi nada de lo demás; no se dan cuenta y creen saber mucho de todo, y exigen respeto por ello (por su creencia). Se vuelven autoridades soberbias tanto en persona como en redes sociales, y los ingenuos y legos, les creen. Pero basta de palabrería.
Caso primero: “Estudios en las universidades de mayor prestigio de Europa y Estados Unidos… revelan que, una vez que obviamos nuestras ignorancias, estamos listos para disfrutar al cien por ciento ese estilo de vida que merecemos, y encontraremos por medio de la yoga y la ley de la atracción, con las técnicas que les ofrecemos en nuestras redes sociales” – ¿Dónde firmo?
Caso segundo: “Los especialistas comprobaron…” – ¿les suena conocido el argumento? “Los especialistas comprobaron que ignorar lo que es obvio, nos genera un estrés alto que baja nuestro sistema inmunitario, y así será más sencillo contraer una enfermedad mortal”. Claro, ya tenemos la medicina para cualquier patógeno que esté de moda, si nos enfermamos es porque queremos.
Caso tercero: “Numerosos estudios científicos” – La especialización y la ciencia van de la mano incluso en temas esotéricos, pues profundizar de forma quirúrgica nos permite llegar a métodos que den los mismos resultados una y otra vez. “Numerosos estudios científicos han demostrado que, durante la meditación profunda, se acusa obvio que el ser humano nada ignora; el conocimiento total del universo está en su alma y genética”. Ándenle, refuten esa, a ver.
Caso cuarto: “Una vez un sabio dijo…” – Es común que así se justifiquen los mensajes de superación personal. Ejemplo: “Una vez un sabio dijo que, olvidar las obviedades que ignoramos en el día a día, nos dará una perspectiva de la vida que nos hará mejores y más felices”. ¡Oh!, ¡hasta yo me la creí! Pero viéndolo bien, o el sabio se levantó ese día un poco confundido, o quien transcribió la frase era muy poco sabio, por lo que no se dio cuenta de que nadie, siendo sabio, diría eso.
Caso quinto: “Estudios especializados en…” – si a esta introducción sumamos un dicho popular, la fórmula es infalible: “Estudios especializado en telecomunicaciones, recientemente arrojaron que no hay quinto malo, así que es obvio que, si no aceptas esta tecnología, eres un ignorante”. Difícil no dejarse convencer por alguien que, con aplomo, así defiende la maravillosa 5G.
Estos ejemplos muestran que el tema da para rayar muchas paredes, sin embargo, está científicamente comprobado que rayar paredes es una actividad que nos traerá problemas, tanto si es con lápices en la sala, como si es con aerosoles, en muros exteriores. Será así, aunque tengamos especialidad en ignorar lo que nos dicen las reglas sociales, aunque sea por obvias razones.
Comments