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Foto del escritorFernando Helguera

NUESTRAS PRECAUCIONES

Si no morimos del virus, moriremos de no tocarnos.


Hoy tuve que salir a las calles (huelga decir que estaban totalmente vacías por la cuarentena) y me encontré con alguien que podría no haber visto en años. Solos en el vacío era como mi fantasma personal. Su comportamiento fue tan curioso que, en vistas a que alguien me ayude a entender, se los transmitiré lo más fielmente posible. El discurso fue más o menos así:


“Llevo un largo tiempo de retiro absoluto, reencontrando a mi ser después de años catastróficos en que me quedé sin dinero, se desmembró mi familia, me traicionaron las personas en quienes más confiaba, mi trabajo dejó de tener el sentido que tenía para la sociedad, falleció un amigo muy querido, y en general el sistema de valores con el que crecí se vino abajo.


Desde chico mis mayores me decían que habíamos de tomar nuestras precauciones, pues a la vuelta de la esquina acechaban una cantidad increíble de oscuras posibilidades: La pobreza, el infortunio, la enfermedad, el delito, la desgracia, el desprestigio, la muerte misma… En mi retiro, después de tanto tiempo entendí que debo hacer caso a mis mayores, pero dos cosas: uno, cada vez son menos mis mayores; dos, la sabiduría de los viejos es algo que hoy escasea dramáticamente.


Tengo pocos días de regreso a la vida, y ver el comportamiento de la gente me asombra. ¡Todos toman muchas precauciones! Lo que era educado hoy es grosero; ofrecí el brazo a una anciana para bajar del auto y me golpeó con el bolso como si fuera yo demonio. La gente detrás de un tapabocas, no me permite ver sus emociones; pareciera que hoy es grosería mostrarlas así nada más. Situaciones inaceptables hoy son comunes ¿cárcel por no estar en casa? Eso es ilegal.


He aprendido mucho en poco tiempo, por ejemplo, hay que tener la precaución de guardar dos metros de distancia con la persona vecina: es una ventaja no sufrir y hacer sufrir el mal aliento, olor de pies, sobaco, intestinos, o cualquier otra parte del cuerpo. Recuerdo aún los tiempos cuando una fragancia nos podía tomar in fraganti. Eso se ha perdido.


Entendí que está mal visto ir por las calles, así que agradezco tú no me insultes por verme aquí… será que tú también estás en la calle y no sólo por el gusto de vernos. Déjame sorprenderte con mis nuevos modales -en ese momento sacó un frasquito de gel antibacterial y me ofreció un poco con un rostro sagaz, de complicidad, a lo cual no pude negarme-. ¿Viste?


Por otro lado fui a visitar a algunas amistades; se ha vuelto moda la usanza japonesa de dejar los zapatos en la entrada, tanto como hacer yoga, no te niego que eso me gusta, pero es un poco extraño que a los diez minutos sientes que las visitas tienen sueño ¿me explico? No deberíamos adoptar costumbres tan antisociales. El tema es que ya no abren los restaurantes y cafés dónde convivir, así que supongo que me tendré que acostumbrar.


Algunas cosas no entiendo: fui al cajero a pagar la luz y me formé a la debida distancia de los demás; algo me picó la nariz y estornudé. Nadie dijo “salud”, pero se abrieron para que pudiera yo acercarme a pagar. Amablemente me dejaron pasar, para que me fuera a casa más rápido, a recuperarme en caso de haber pescado una gripa. Muy lindos. También es raro cómo hoy evitan accidentes en el súper; todo acordonado y pusieron sentido a los pasillos: uno p’acá, otro p’allá.

En fin, ¡que gusto verte! pero ya me jalo p’a mi casa antes de que me lleven preso. Es ahí -señaló una puerta próxima- por si quieres un día venir (diez minutos) a quitarte los zapatos y hacer unos asana. ¡Nos vemos!” -Corrió y, antes de que me moviera, ya se había metido a su casa.


Me quedó la sensación de que sí que estamos evolucionando como sociedad, aunque ahora ya no estoy seguro. No sé si su retiro le haya hecho el bien que él cree. Acabo de pasar por su casa y, en lo personal, me parece una construcción abandonada hace un siglo. Qué dicen ustedes, ¿será prudente escucharlo? ¿O realmente será un fantasma y mejor tomarnos nuestras precauciones?

104 visualizaciones2 comentarios

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2 Comments


Fernando Helguera
Fernando Helguera
Apr 26, 2020

Hermano, ¡gracias por tu comentario! Efectivamente, hay que tomar NUESTRAS PRECAUCIONES, las que dicta la autoridad sanitaria, no la política que esas son las precauciones que a ellos les convienen y no necesariamente a nosotros. Si te quedas en casas, hazlo con las medidas apropiadas. Si tienes qué salir, lo mismo. Coincido contigo, no valoramos y no agradecemos... ahora, como me preguntaba en NUESTRO CONFINAMIENTO ¿realmente por el simple hecho de el encierro y el deseo de lo que no estamos teniendo, vamos a evolucionar con ese saber? Seguro que algunos, pero veo que hay muuuuuuuuuucha gente que hoy lo único que está esperando es que todo regrese a la normalidad... es decir, que no piensan en ir a un nuevo paradigma, sino en regresar…

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Adrian Gonzalez Mariel
Adrian Gonzalez Mariel
Apr 26, 2020

Mejor tomar precauciones mi hermano, es una realidad y todos estamos expuestos a contagiarnos de este bicho, que además, ya se sabe que es bastante desagradable, en el mejor de los casos ... Más bien, yo sugiero que esta situación nos está recordando lo poco que valoramos a nuestro cuerpo, a nuestra mente, a nuestra naturaleza, a nuestra salud en general -no hay mal que por bien no venga- ese si creo que es un sabio dicho de nuestros no tan mayores abuelos o padres ... incluso creo que, después de este confinamiento, ya sabremos muy claramente, lo que es indispensable y lo que no lo es.


Así que lo más importante es salir bien librado de esta pandemia y…


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