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  • Foto del escritorFernando Helguera

UN ASUNTO ALIENÍGENA

Somos viajeros del tiempo, nomás que venimos del pasado sin boleto de regreso.

En esta semana varias personas me hablaron de seres extraterrestres, y además me llegaron algunas publicaciones al respecto. Dicen que lo que uno tiene en mente se manifiesta, por ejemplo, cuando iba a nacer mi hija Julieta su madre y yo veíamos carriolas por doquier. Una vez que Julieta creció no vi más carriolas; una que otra cada tanto. Asumiendo que dicha manifestación de los pensamientos es real, me urge ventilar mis miedos con alguien, y quien mejor que ustedes, lectores de las Obviedades, que han demostrado ser suficientemente constantes para que yo los considere una ayuda real para mi bienestar psicológico. Voy a hacer un recuento meticuloso, aunque no quirúrgico, de aquello que ustedes deben conocer para tener todo el contexto.


Lo primero que sucedió es que recibí la información de que se está planeando una “fake alien invation”, que terminará por rematar lo poco que quedó de la integridad humana después de todo el miedo inyectado con la supuesta pandemia. La forma de comprobarlo es que hoy en los medios de comunicación oficiales están hablando de que se ha registrado la presencia de OVNIS repetidamente. La gente que utiliza estos argumentos es la misma que antes se quejaba de que dichos medios (y los gobiernos e instituciones espaciales) ocultaban toda la evidencia de vida extraterrestre. El tema es que la escondan o la divulguen, según esto, están mintiendo. ¿Les podemos creer que han llegado visitantes? ¿Les podemos creer que no lo han hecho?


Por otro lado, leí un artículo que confirma que hay una gran cantidad de planetas desde los que se puede observar la Tierra, y que parecen tener condiciones aptas para albergar vida orgánica. Es decir que la probabilidad de ser estudiados por alienígenas en este preciso momento es bastante alta. Eso me hizo recordar la frase que se le atribuye a Alberto Einstein “La prueba de que hay vida inteligente en otros mundos, es que nadie ha venido a visitarnos”. No estamos solos.


Nada de lo anterior me preocupó tanto como el que, en una revista de alta distribución cuyo nombre no anunciaré en este escrito, confirman la vida extraterrestre en nuestro planeta desde la época de los egipcios, usando argumentos como la altura de las puertas para acceder a los templos. Espero que nadie me vaya a acusar de ser el arquitecto de uno que otro alienígena, por los diseños en los que he incluido puertas altísimas, que respondían a un asunto de proporción arquitectónica y jerarquía espacial, pero definitivamente no fueron hechas para seres de cinco metros de altura.


Luego estuve leyendo un artículo donde muestran cómo serán los seres humanos dentro de algunos milenios… todos tienen la típica fisonomía del alienígena estereotipado: cabeza grande, sin orejas ni nariz, pero con los orificios; con ojos grandes, calvos flacuchitos, con piel pálida.


Esto me dejó pensando: ¿Y si los repetidos avistamientos son de terrícolas que vienen del futuro a invadirnos, y no de habitantes de otro planeta? Para efectos prácticos lo mismo da que nos invadan simios súper evolucionados o seres de otras galaxias, pues en cualquier caso se van a llevar una gran decepción cuando vean quienes seremos sus nuevos esclavos. Personas supersticiosas, demasiado materialistas, que se auto catalogan por diferencias genéticas o de clase, sedientas de ejercer cualquier poder, avaras, fanáticas, criticonas, con complejos de superioridad o inferioridad, depredadoras al máximo, tan superficiales que sólo se preocupan por su bienestar personal y el de sus iguales… si bien les va. No sabrán si somos “un estuche de monerías” o “una cajita de pandora”.


El peligro es que den una patada en el trasero de la humanidad y la saquen a orbitar la Tierra, porque me quedaría solo en mi escondite y no tendría con quien compartir las Obviedades Ignoradas, ni el miedo que siento de ser quien manifieste la invasión, gracias a todas las señales que he recibido en mi pensamiento. Habiendo explicado todo, amables lectores, pregunto: ¿Acaso soy yo el alienígena y mi misión es esclavizarlos a través de mis sugestivas Obviedades?

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